En 1783 el Ingeniero López Mercader elaboró el proyecto de la “Alameda de Málaga” concebido como un gran paseo central y dos filas de árboles, que tendría a un lado el Castillo de San Lorenzo y al otro las murallas de la ciudad. Aunque en un principio se plantaron álamos blancos (Populus alba) con el tiempo se sustituyeron por laureles de India (Ficus microcarpa), alguno de aquellos ejemplares plantados en la mitad del siglo XIX han llegado hasta nuestros días. Tienen, por tanto, más de 150 años.
El laurel de Indias, nativo de Sri Lanka, India, archipiélago Malayo, Australia y Nueva Caledonia, es un árbol muy empleado como ornamental que requiere, debido al tamaño que alcanza, grandes marcos de plantación y suelos bien drenados.
En la madrugada del 24 de enero de 1963, Málaga fue azotada por un potente fenómeno meteorológico de tipo huracanado que originó el caos en la ciudad con un oleaje que rompió el dique de levante y fuertes vientos que originaron grandes destrozos en los buques que se encontraban en el puerto y sobre todo en el vecino Parque con la caída de palmeras y grandes árboles y en la Alameda donde fue abatido el laurel de Indias que ilustra la foto. Obsérvese que el árbol en cuestión, con una edad de más de 100 años, presenta un sistema muy reducido de raíces completamente descompensado con el volumen aéreo, lo que provoca una acusada inestabilidad a la hora de soportar fuertes vientos.
Alfredo Asensi